En Santa Fe, hay tradiciones que trascienden generaciones, y una de ellas es, sin dudas, el liso. Ese vaso sencillo pero inconfundible que, más allá de contener cerveza, es el símbolo de encuentros, charlas y momentos compartidos.
"Tomate un liso conmigo" y otras expresiones de amor
La excusa perfecta para compartir, para hacer un alto en el día y brindar por lo simple, por lo cotidiano, por lo nuestro

En los últimos días circuló un pasacalles particular con una declaración de amor que invita a detenerse, a hacer una pausa y pensar en compartir un liso con alguien especial: "Marta, dame la oportunidad de mi vida, tomate un liso conmigo", decora la esquina de Francia y J.J. Paso recordándonos que en Santa Fe la cerveza no es solo una bebida: es un ritual único que solo los santafesinos entienden.
El liso, con su tamaño exacto y su espuma perfecta, mantiene su frescura hasta el último sorbo. Pero más allá de su función práctica, es el emblema de un momento, de una tradición que santafesinos y turistas adoptan como propia. Porque pedir un liso no es solo pedir una cerveza: es la excusa perfecta para compartir, para hacer un alto en el día y brindar por lo simple, por lo cotidiano, por lo nuestro.
Así que si hoy un pasacalles te invita a tomarte un liso, no lo dudes. Buscá a un amigo, a tu pareja, a ese familiar con el que hace rato no te ves, y brinden. Porque en Santa Fe, un liso no es solo un vaso de cerveza: es un encuentro.